Un potente terremoto de magnitud 7.7 sacudió Myanmar este viernes, dejando al menos 144 muertos y 732 heridos, según los primeros reportes. El sismo, registrado al mediodía con una profundidad de 10 kilómetros, tuvo su epicentro a 17 kilómetros de Mandalay, una ciudad de aproximadamente 1.5 millones de habitantes.
Daños y consecuencias
El terremoto provocó el derrumbe de edificios en cinco ciudades y pueblos, así como la caída de un puente ferroviario y un puente vial en la autopista Yangón-Mandalay. Las impactantes imágenes mostraron el puente Ava sobre el río Irrawaddy parcialmente destruido, con sus arcos inclinados hacia el agua.
Según medios estatales de Myanmar, las autoridades declararon el estado de emergencia en varias regiones. La Cruz Roja informó sobre daños estructurales graves en carreteras, puentes y edificios, además de expresar preocupación por la seguridad de las grandes represas.
Impacto en Mandalay y otras localidades
En Mandalay, la mezquita de Shwe Pho Shein colapsó durante las oraciones del viernes, atrapando a varios asistentes bajo los escombros. Los equipos de rescate continúan trabajando para encontrar sobrevivientes. En Taungoo, en la región de Bago, se estima que al menos 14 personas podrían haber muerto por el colapso de edificios.
En la capital Naipyidó, el sismo también causó daños significativos en instalaciones gubernamentales como la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores y el Ministerio de Trabajo.
Caos en hospitales
Los hospitales en Myanmar, especialmente en Naipyidó, están desbordados con cientos de heridos. En el principal hospital de la capital, algunos pacientes tuvieron que ser atendidos en el suelo debido a la falta de espacio. “Nunca vi nada parecido,” declaró un médico visiblemente agotado.
Al menos 20 personas murieron tras llegar al hospital, informó el personal médico. Mientras tanto, socorristas luchan por trasladar a los heridos en medio de atascos y caos vial.
Respuesta gubernamental y perspectivas
El gobierno militar de Myanmar anunció que se realizará una investigación rápida y se pondrán en marcha operaciones de rescate y asistencia humanitaria. Sin embargo, el desafío es inmenso en un país que ya enfrenta un contexto de inestabilidad política y conflicto armado.
Mientras los rescatistas buscan sobrevivientes entre los escombros y las familias intentan localizar a sus seres queridos, la magnitud completa de la tragedia aún está por conocerse.