martes, 13 de mayo, 2025

EE.UU. y China acuerdan una pausa de 90 días en su guerra comercial

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Ginebra.– Estados Unidos y China anunciaron este lunes una suspensión temporal de su guerra comercial al pactar una pausa de 90 días en la mayoría de los aranceles que se habían impuesto mutuamente. El acuerdo representa una significativa desescalada en el conflicto económico entre las dos mayores potencias del mundo.

La medida, que entrará en vigor “de aquí al 14 de mayo”, fue el resultado de dos días de negociaciones celebradas en Ginebra entre el secretario del Tesoro de EE.UU., Scott Bessent, el representante de Comercio, Jamieson Greer, y el viceprimer ministro chino, He Lifeng.

Según el comunicado conjunto, ambas partes acordaron reducir de manera temporal sus “aranceles recíprocos” en 115 puntos porcentuales. A partir del acuerdo, los productos chinos importados en EE.UU. pagarán un arancel del 30%, mientras que los estadounidenses importados a China enfrentarán un gravamen del 10%.

La noticia tuvo un impacto inmediato en los mercados financieros: la Bolsa de Hong Kong subió más del 3% y el dólar se fortaleció frente al yen y el euro.

Un paso hacia la reconciliación comercial

“Queremos una relación comercial más equilibrada”, afirmó Bessent, señalando que los aranceles impuestos anteriormente habían creado, en la práctica, un “embargo” entre ambos países. Desde el inicio del conflicto, Estados Unidos había acumulado tarifas de hasta 145% sobre productos chinos, y China había respondido con aranceles del 125% a productos estadounidenses, lo que llevó al estancamiento del comercio bilateral.

La directora general de la Organización Mundial del Comercio (OMC), Ngozi Okonjo-Iweala, calificó las negociaciones como “un paso positivo y constructivo hacia la desescalada”. Por su parte, el Ministerio de Comercio chino celebró los “progresos sustanciales” alcanzados con Washington y expresó que la reducción arancelaria está “en el interés común del mundo”.

Clima de respeto y apertura

El diálogo, descrito como “franco, profundo y sustancial” por He Lifeng, se llevó a cabo en la residencia del Representante Permanente de Suiza ante la ONU. Bessent destacó que las conversaciones se desarrollaron con “gran respeto” y demostraron que “ninguna de las partes quiere una ruptura económica”.

En paralelo, ambos gobiernos acordaron establecer un mecanismo de seguimiento para continuar las negociaciones sobre sus relaciones económicas y comerciales, con el objetivo de buscar soluciones de largo plazo.

Impacto y perspectivas

Donald Trump, quien lideró la ofensiva arancelaria contra China desde su regreso a la presidencia, calificó el acuerdo como “un reinicio total negociado de manera amistosa, pero constructiva”, a través de una publicación en Truth Social.

China, por su parte, llega a esta etapa con cierto respaldo económico: sus exportaciones en abril aumentaron 8.1%, superando por cuatro puntos las expectativas. Analistas atribuyen este resultado a un redireccionamiento de su comercio hacia países del sudeste asiático como estrategia para mitigar los efectos de los aranceles estadounidenses.

Según Gary Hufbauer, del Peterson Institute for International Economics, dentro del gobierno estadounidense crece la percepción de que China podría estar mejor preparada para resistir una guerra comercial prolongada. “Entre los funcionarios más moderados, como Bessent y el secretario de Comercio, Howard Lutnick, hay conciencia de esta realidad”, afirmó.